WOMEN IN ALL THEIR DIVERSITY
On view December 9, 2021-March 13, 2022

HOURS
Tuesday-Sunday 10AM-5PM

LOCATION
OAS AMA | Art Museum of the Americas
201 18th Street NW
Washington, DC 20006

ADMISSION
Free

Women in all Their Diversity | Mujeres en toda su diversidad
On view December 9, 2021-March 13, 2022

Essay by Olga U. Herrera, independent scholar
Mexican women’s art production is as rich and compelling as that of their men counterparts yet is less well-studied and less internationally known. Expatriate and refuge artists marked by the unrest, atrocities, and displacement of the Spanish Civil War and World War II, such as Remedios Varo, Leonora Carrington, and Kati Horna found a new motherland in Mexico where their careers flourished and thrived, opening doors to new generation of similar foreign-born artists. The women featured in this exhibition present a group of highly accomplished figures—some trained, other self-taught—whose practices and exquisite artistic production highlight and underscore their contributions to modern and contemporary art.

German-born Mexican Olga Costa came of age artistically in Mexico in the 1930s while witnessing an efflorescence of new visualities. Her friendship with Inés Amor of Galería de Arte Mexicano led to a series of exhibitions with artworks that explored the female form, still life, and arid landscapes in an unapologetic costumbrista style. Amor also played a significant role in the career of English-Mexican Hélène Joy Laville, who exhibited in her gallery regularly. Settling in San Miguel de Allende, Mexico in the mid-1950s with her young son, Laville found visual affinities with Henri Matisse, Milton Avery, and David Hockney in a singular expression. Her later work, produced after the untimely death of her husband, author Jorge Ibargüengoitia, was marked by contemplativeness and existential wanderings in domestic interiors or by solitary figures set against vast expanses of space complemented by her tonal relationships of lilac, blue, pink, and green. Six-year-old Marta Palau and her family settled in Mexico in 1940 as refugees of the Spanish Civil War. Attending La Escuela de Pintura, Escultura y Grabado La Esmeralda in the mid-1950s and later studying textiles in Barcelona, Palau developed an artistic practice in painting, textiles, and engraving in which she utilizes natural materials such as vegetable fibers, amate bark and paper, tree branches, clay, soil, and salt. In the Naualli installation series, she explores vaginal and vulva references as symbols of indigenous magic. 

A younger generation of U.S.-born Mexican artists included Carol Miller, who became a sculptor in the 1960s after a successful career as a journalist and author of more than 30 books. It was Charlotte Yazbek who invited Miller to work in her studio where she discovered her passion for bronze casting. Her art is characterized by stylized and featureless human figures and felines. The daughter of a photojournalist, Carla Rippey has expanded her printmaking practice to incorporate photographic images to explore themes of desire, eroticism, and memory. Daniela Edburg, a Texas-born Mexican multimedia artist creates photographic compositions of surreal landscapes to explore death and destruction. In her highly creative Brain Series, she pushes the limits of visual perception in innovative ways, combining the traditional craft of knitting and crocheting as a key element set in expansive landscapes of the US and Mexico.

Heirs to a long tradition of women’s photography in Mexico are Daisy Ascher and Graciela Iturbide. While Ascher created extensive portraits studies of José Luis Cuevas and Juan Rulfo, she also explored the human body in series that include the partially bandaged female bodies revealing forms, textures, skin, and props rich in meaning and symbolism, as shown here. With a more anthropological approach, Iturbide presents a one-day urban ethnographic study of Mexican-American communities in East Los Angeles where the viewer is invited to enter a day in the life of the United States.

These artists as well as Helen Escobedo, Olga Dondé, Tanya Kohn, and Pilar Castañeda represent a cross-section of 20th-century women artists in the collection of the Art Museum of the Americas. 

La producción de arte femenino mexicano es tan rica y convincente como la de sus homólogos masculinos, pero menos estudiada o conocida internacionalmente. Artistas expatriadas y refugiadas de los disturbios, las atrocidades y el desplazamiento de la Guerra Civil española y la Segunda Guerra Mundial, como Remedios Varo, Leonora Carrington y Kati Horna, encontraron una nueva patria en México donde sus carreras florecieron y prosperaron abriendo puertas a nuevas generaciones de artistas nacidos en el extranjero similares. Las mujeres que se presentan en esta exposición presentan un grupo de figuras de gran prestigio, algunas formadas, otras autodidactas, cuyas prácticas y exquisita producción artística resaltan y subrayan sus aportes al arte moderno y contemporáneo.

La mexicana Olga Costa, nacida en Alemania, alcanzó la mayoría de edad artísticamente en México en la década de 1930 y fue testigo del florecimiento de nuevas visualidades. Su amistad con Inés Amor de la Galería de Arte Mexicano dio lugar a una serie de exposiciones con obras de arte que exploraban la forma femenina, la naturaleza muerta y los paisajes áridos en un estilo costumbrista sin complejos. Amor también jugó un papel importante en la carrera de la anglo-mexicana Hélène Joy Laville, quien exhibió en su galería regularmente. Al establecerse en San Miguel de Allende a mediados de la década de 1950 con su hijo pequeño, Laville encontró afinidades visuales con Henri Matisse, Milton Avery y David Hockney en una expresión singular y propia. Su obra posterior, realizada tras la prematura muerte de su marido y autor Jorge Ibargüengoitia, estuvo marcada por la contemplativa y divagaciones existenciales en interiores domésticos o por figuras solitarias contrastadas con vastas extensiones de espacio complementadas por sus relaciones tonales de lila, azul, rosa y verde. Marta Palau, de seis años, se instaló en México con su familia en 1940 como refugiada de la Guerra Civil española. Asistiendo a La Escuela de Pintura, Escultura y Grabado La Esmeralda a mediados de la década de 1950 y luego estudiando textiles en Barcelona, Palau desarrolló una práctica artística en pintura, textiles, grabado donde utiliza materiales naturales como fibras vegetales, corteza de amate y papel, ramas de árboles, arcilla, tierra, sal, etc. En su serie Naualli de los noventa, explora lo femenino en instalaciones donde las referencias vaginales y vulvares se convierten en símbolos de la magia indígena.

Una generación más joven de artistas mexicanos nacidos en Estados Unidos, como Carol Miller, se convirtió en escultora en la década de 1960 después de una exitosa carrera como periodista y autora de más de 30 libros. Fue Charlotte Yazbek quien invitó a Miller a trabajar en su estudio donde descubrió su pasión por la fundición de bronce. Su arte se caracteriza por figuras humanas y felinos estilizados y sin rasgos distintivos. Carla Rippey, hija de un fotoperiodista, ha ampliado su práctica de grabado para incorporar imágenes fotográficas para explorar temas de deseo, erotismo y memoria. Daniela Edburg, una artista multimedia mexicana nacida en Texas, crea composiciones fotográficas de paisajes surrealistas para explorar la muerte y la destrucción. En su altamente creativa Brain Series, ella empuja los límites de la percepción visual de formas innovadoras combinando el oficio tradicional de tejer y crochet como un elemento clave ambientado en paisajes expansivos de los Estados Unidos y México.

Las herederas de una larga tradición de fotógrafa en México son Daisy Ascher y Graciela Iturbide. Si bien Ascher creó extensos estudios de retratos de José Luis Cuevas y Juan Rulfo, también exploró el cuerpo humano en series que incluyen los cuerpos femeninos parcialmente vendados que revelan formas, texturas, piel y accesorios ricos en significado y simbolismo como se muestra aquí. Con un enfoque más antropológico, Iturbide presenta un estudio etnográfico urbano de un día de las comunidades mexicoamericanas en el este de Los Ángeles donde se invita al espectador a ingresar un día en la vida de los Estados Unidos.

Estas artistas, así como Helen Escobedo, Olga Dondé, Tanya Kohn y Pilar Castañeda, representan una muestra representativa de mujeres artistas del siglo XX en la colección del Museo de Arte de las Américas.


Olga Herrera, independent scholar /  investigadora independiente